Mi villano favorito

Han pasado algunas horas desde la eliminación de la selección de Holanda al campeonato mundial de Rusia 2018.

He de decir que yo soy un ferviente aficionado del equipo naranja desde hace mucho tiempo, en gran medida, por tener familiares de ese país y, pese a no ser un seguidor pasional del futbol, siempre creí que Holanda era una selección muy elegante.

Esta tarde (10 de octubre de 2017), alrededor de las 15:30 horas (en la ciudad de México) viví una de las situaciones más tristes deportivamente hablando. Por más que mi fe era grande, y que por un momento pensé que no era tan difícil como el papel lo indicaba, todo terminó por algo más real que milagroso.

Se trata de la segunda vez que yo no veré al combinado que más me gusta en un mundial de futbol y de verdad me entristeció, al grado de derramar una o dos lágrimas antes de recordar que no puedo permitir que me vean en ese estado. Es extraño sí, porque hace dos años no se participó en la Eurocopa y no me afectó, pero es que por un momento reacciono y me doy cuenta que ciertos sueños se me hicieron realidad a costa de otros: Egipto participando en un campeonato mundial, Perú renaciendo luego de 34 años y entonces pensé por un momento que era posible que la potencia mundial lograra algo que todos dudaban.
Aquí en México el futbol se observa de una forma enfermiza, es muy diferente a los comentarios que suelo leer en la página de la Real Federación Holandesa de Futbol, porque ahí son exigentes, pero no son irrespetuosos; aquí es diferente. La gente requiere de triunfos ajenos, porque en su vida parece no existir mayor grandeza que la que otorga un equipo de 11 futbolistas. El nacionalismo está en lo más alto, tal vez sin llegar al nivel sudamericano, pero es algo que retumba en el corazón de todos. Existen muchos traumas y la mayoría de los seguidores son frustrados que no entienden que esto no deja de ser un deporte.

Nuestra patria se juega su honor en las botas de Chicharito, Oribe, Vela y otros jugadores. Un error común es el inflar el nivel de un equipo que no ha crecido desde 1994. Este día, por ejemplo, quedo saldada (y no por ellos sino por algo que denominan Karma) la cuenta pendiente en Brasil 2014 ante los holandeses, los villanos máximos y los enemigos principales del país, aunque en las cosas que importan, el pero enemigo del mexicano es otro mexicano.

Aquí admiran a un tipo que jugó futbol y hoy es un corrupto Alcalde de Cuernavaca, pero sienten un odio infinito a Arjen, la máxima figura de Holanda de los últimos años, sólo que gracias a él, perdieron el pase a cuartos de final, porque para este país, el pase a esa instancia significa una estrella en el escudo.

Poco después de sentirme mal por el resultado entre Holanda y Suecia, me entero que Arjen Robben se va de la selección. Reconozco y entiendo que los procesos terminen, pero es no me impidió sentirme desamparado para los próximos dos procesos a encarar  (Eurocopa y Mundial). Conozco la trayectoria de Robben desde que fue seleccionado a los 19 años, aunque confieso que cuando lo seguí en mayor medida, fue a partir de 2010, cuando falló el mano a mano contra Casillas y debo reconocer que sí lo odié.
Pero así como lo 'odié', lo quería ver de nuevo, porque si se levantó del Cáncer, se levantaría de esa caída.

Era como ese héroe que había seguido su sueño aunque se deprimió por su enfermedad y estuvo cerca de dejar el futbol; desamparar a los holandeses antes de tiempo.

Pero todo quedó atrás y Arjen fue un ganador, alcanzó todo lo que se propuso y me duele saber que no te volveré a ver con la playera nacional y mucho menos en un mundial.

En unas horas mi día oscureció mucho; es que para mí, es peor tragedia saber que no hay quien tome tu lugar a perder una clasificación que en esta zona es algo que puede suceder.

Estos cuatro años, para mí ha sido muy complicado en el ámbito del futbol selección, porque vivir en México, no apoyar a la selección que, según la gente es la patria y encima sentir afecto por el peor enemigo es igual a traición. Soportar las burlas apenas empieza, al menos hasta el tercer o cuarto partido de Rusia de la selección de México, cuando ésta quede eliminada, otra vez, del Mundial y un nuevo equipo o jugador ocupe el lugar de Holanda, Argentina, Estados Unidos y Bulgaria han tenido.

En cuanto a lo demás, sólo me queda agradecerte, porque diste ejemplo en la vida de muchos; tu trabajo hizo llorar de alegría a miles que, como yo, celebramos en dos campeonatos del mundo, pero sobretodo conocemos tu historia de vida. Hoy, no debes irte con un sentimiento de fracaso. Diste, hasta el último minuto contra Suecia, lo máximo de ti.

Es justo decir que, pese a todo, yo si te voy a extrañar.

Nos veremos Arjen

Alex

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